Reporte Mundial de Felicidad 2019
Ya salió el Reporte Mundial de Felicidad 2019 y sus resultados la verdad es que no son los más optimistas, pues las emociones negativas parecieran incrementarse alrededor del planeta.
Comparado con el Reporte Mundial de Felicidad 2018, el de este año ha revelado algunas cosas no muy lindas, por ejemplo el que emociones negativas como la tristeza, ira y preocupación vayan a la alza. Otro de los hallazgos de este año es que se está haciendo más pronunciada la brecha de felicidad, es decir hay personas que reportan un bienestar mucho mayor mientras que otras personas reportan mucho menos bienestar dentro de un mismo país.
Este reporte que desde 2012 se publica cada año intenta dar una perspectiva de los niveles de bienestar y satisfacción con la vida de los habitantes de una larga lista de países. Este año el país más feliz vuelve a ser Finlandia. En esta edición México se ubicó en el lugar #23. Un lugar más arriba que en el 2018 (24). Si deseas ver las variables que este estudio considera para evaluar los niveles de felicidad de cada país puedes consultarlo aquí.
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¿Cada vez menos felices?
Lo interesante que trae esta edición es que analiza cómo la felicidad mundial ha cambiado a través de los años desde 2005. La verdad es que los hallazgos en lo personal me resultan poco optimistas, pues los autores señalan una tendencia creciente de emociones negativas, como la tristeza, preocupación e ira, en un 27% de 2010 a 2018. Otra cosa que encontraron es que se está haciendo una brecha más amplia de felicidad en los habitantes dentro de un mismo país, o sea que la distancia entre los más felices de los menos felices dentro de un mismo país se hace cada vez más grande. A esto los autores le llaman disparidad de felicidad, que ha venido creciendo desde 2007 y resulta que en nuestra región, Latinoamérica, esta tendencia es más fuerte junto con Asia y el África subsahariana.
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¿De qué dependen menores niveles de felicidad de un país?
Determinar las causas de esto es bastante complicado. Hay que tomar con pincitas los resultados de este reporte que dan solamente un panorama de la felicidad. Sin embargo según algunos investigadores la creciente disparidad en felicidad puede deberse a la disparidad en ingresos y otros señalan a la polarización social que hemos vivido en varios países, México incluido.
Lo cierto es que parece existir una relación bidireccional entre las acciones de un gobierno y los niveles de felicidad de una población, aunque resulta complicado separar tales acciones gubernamentales de otros factores que suceden simultáneamente. Por eso es necesario separar la satisfacción de una población de acuerdo a varias dimensiones. En nuestro caso, el reporte de este año muestra que la mayor satisfacción para los mexicanos es la dimensión de las relaciones interpersonales, mientras que la más baja es la seguridad ciudadana. En general en toda Latinoamérica la satisfacción con las relaciones interpersonales es la dimensión más alta. Así mismo y según los autores, el reporte muestra cómo la dimensión de satisfacción en sus diversas medidas (relaciones interpersonales, principal ocupación, logros, estado de salud, perspectiva del futuro, seguridad ciudadana, etc.) tienen influencia en la satisfacción con la vida y los resultados electorales.
También lo digital cuenta
No todo depende lo político, hay otros factores que intervienen también en nuestros niveles de felicidad, como por ejemplo la adicción a la tecnología que ha tenido varios estudios dedicados a ella en Estados Unidos, aunque podemos tomar algunos de sus resultados como ejemplo. Por ejemplo, en uno de los capítulos del Reporte Mundial de Felicidad 2019, la autora Jean Twenge responsabiliza a lo que yo llamo “pantallitis” de la preocupante tendencia a mayor depresión, ideación suicida y ansiedad de los adolescentes en Estados Unidos.
Y es que según Twenge, 45% de ellos están “en línea” casi todo el tiempo; los estudiantes del último año de prepa pasan en promedio 6 horas diarias frente a alguna pantalla entre mensajitos, internet y por supuesto, las redes sociales, que tienen un impacto en las relaciones y el cerebro.
Esta investigadora menciona que las pantallas están desplazando a las actividades que justamente pueden incrementar nuestra felicidad, como la conexión real con otras personas, cara a cara.
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Hay esperanza
No todo es malo. El reporte también describe algunas tendencias positivas, como por ejemplo que desde el 2005 la mayoría de los países estudiados sus habitantes están ahora más satisfechos con su vida, con todo y la creciente disparidad de felicidad en varias regiones del planeta. A pesar de que los gobiernos puedan o no hacer más por sus ciudadanos, el reporte muestra tendencias esperanzadoras que nacen de los mismos habitantes, como por ejemplo que alrededor del planeta cerca del 30% de la población realizó algún donativo a caridad y un 20% realizó algún voluntariado.
Así que no necesitas esperar a que el gobierno realice mil y un cambios. Puedes incrementar tus niveles de felicidad haciendo voluntariado, donando a causas con las que te identifiques. Puedes realizar una simple técnica que ayuda a incrementar tus niveles de felicidad, léela aquí.
Pero sobre todo, puedes también fortalecer tus relaciones interpersonales con tus familiares, amigos o comunidad en general. Nuestro cerebro no fue diseñado para pasar la mitad del tiempo viendo pantallas, está diseñado para conectar armónicamente con otros cerebros. Esta conexión y la generosidad son dos de las principales acciones que, aprovechando la neuroplasticidad de tu cerebro, cultivan de manera natural tus niveles de felicidad, para que este sea un año más feliz para ti y los tuyos.
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