Protejamos a los niños del desorden por déficit de naturaleza

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Ante la crisis climática es indispensable ayudar a los niños a reconectar con la naturaleza, tenemos poco tiempo.

 

Cuando era niño iba casi cada fin de semana a un terreno que tiene mi papá en la montaña. Desde entonces he disfrutado plenamente caminar en el bosque. Jugar con la tierra, la hojarasca, buscar animales, todo eso despejaba mi mente y me hacía sentir con una mayor sensación de paz.  Hoy de adulto les agradezco a mis padres que hubieran propiciado ese contacto constante con la naturaleza pues para mí era como “estar en casa”.

Tristemente no todos tuvieron esas oportunidades en su infancia y para mí es más triste que en la actualidad, en general, los niños pasan cada vez menos tiempo en exteriores, lo que tiene un efecto en su bienestar y en su salud.  ¿Qué beneficios les puede dar la naturaleza? Se preguntarán algunos. Pues de entrada los espacios naturales promueven emociones positivas, reducción de estrés y mejora la atención en los niños … y en los adultos también.

Pero esto no lo digo yo nada más por que sí. Hay investigaciones que lo respaldan e incluso en Estados Unidos, Richard Louv co-fundó  la “Red Niños y Naturaleza” además de ser autor de libros como “El último niño en el bosque”, “El Principio de la Naturaleza”  y “Vitamina N”.  Louv es tal vez la persona que más se ha enfocado en promover y resaltar la importancia del contacto con la naturaleza en los niños Y de lo que se pierden pasando tanto tiempo en interiores. ¡Y vaya que tiene razón!

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Conectar hoy para evitar desconexión mañana

Hay un punto medular que rescato de Louv en este tema y son las consecuencias que padecerá el medio ambiente, aunque ya lo está padeciendo desde hace mucho tiempo, si no criamos generaciones de niños y niñas que mantengan una relación personal con la naturaleza.  De hecho Louv propone el término “desorden por déficit de naturaleza”, término que evidentemente no está clínicamente reconocido, pero que nos da una idea clara de lo desconectados que estamos de ella.

 


El desorden por déficit de naturaleza se refiere al costo humano de sentirnos ajenos a la naturaleza: uso reducido de los sentidos, dificultades para sostener la atención, tasas más altas de enfermedades físicas y emocionales, obesidad, deficiencia de vitamina D, etc.


 

En palabras de Louv este déficit se refiere al costo humano de sentirnos ajenos a la naturaleza. ¿Ajenos? Sí, y yo he conocido muuuuchas personas que lo están.  Algunas formas en que se manifiesta esto según Louv son: uso reducido de los sentidos, dificultades para sostener la atención, tasas más altas de enfermedades físicas y emocionales, obesidad, deficiencia de vitamina D, entre otros. Cabe aclarar que las investigaciones al respecto son bastante recientes, por lo que la evidencia es correlacional y no causal, pero Louv dice que apunta a una dirección:

Las experiencias en el mundo natural ofrecen grandes beneficios a la salud física 1 2  y psicológica 3 4 , así como a la capacidad de aprender en niños y adultos. Imagínate qué tanto impacto puede tener la naturaleza en nosotros que hay investigaciones que sugieren que pasar tiempo en la naturaleza puede incluso apoyar a muchos niños a construir confianza en sí mismos, calma y enfoque.

 

Los efectos de la pantallización

Hoy vivimos en un entorno digital en el que tanto los niños como los adultos, en general, pasamos buena parte del tiempo frente a pantallas de todo tipo. ¿Y esto qué? Podrás preguntarte.  Pues todo ese entorno digital hace que consumamos una gran cantidad de energía que bloquee muchos de nuestros sentidos para poder enfocarnos en la dichosa pantalla frente a nosotros. De ahí que el entorno digital nos haga ser menos “vivos”. 

Con este panorama y si las experiencias en la naturaleza disminuyen cada vez más tendremos generaciones completas de humanos, aunque tristemente ya hay muchas personas así, que no cuidarán del planeta PARA NADA. Louv dice que los adultos que se identifican como ambientalistas o conservacionistas casi siempre han tenido una experiencia trascendental en el mundo natural. Por ello es muy riesgoso el que los niños tengan cada vez menos este tipo de vivencias, no que vean la naturaleza ¡desde su ipad! Esa es una relación totalmente distinta y entre más directa sea, mucho mejor.

 

Entre más directa la conexión, mejor

Sí, es cierto que observar la naturaleza aun en videos cortos puede promover asombro, aumenta un sentido de conexión con los demás, aumenta la civilidad, disminuye conductas violentas y disminuye rasgos narcisistas, como el sentido de auto-importancia (sentirse superior).  Ahora imagina qué profundidad de conexión se puede tener con experiencias mucho más directas como: enlodarse los pies, meterse a un río, lago, al mar, acampar y jugar en el bosque, etc. Todo esto además de fomentar esa conexión, les ayuda a los niños a construir confianza en sí mismos y el poder de tomar decisiones de forma independiente.

 

Tal vez te preguntes por qué tiene que ver la naturaleza con la seguridad en sí mismo y la razón es muy simple. Los juegos en el exterior implican riesgos inherentes que los niños toman, algo crítico en el desarrollo infantil. Por milenios, los seres humanos en la infancia hemos jugado en exteriores juegos poco estructurados buena parte del tiempo. La cosa es que sin ese componente de juego independiente -o sea videojuegos, celulares y demás no cuentan- las funciones ejecutivas corren el riesgo de no desarrollarse de forma óptima.

 

Funciones ejecutivas: maravilla del cerebro

Si nunca habías escuchado hablar de estas funciones ejecutivas basta con que sepas que son varias de las que prácticamente nos hacen ser humanos como la atención, la gestión de las emociones, el control de impulsos, la planeación, toma de decisiones, el iniciar una tarea, la flexibilidad cognitiva (de pensamiento), la memoria de trabajo entre otras. Los niños desarrollan estas funciones en buena parte a través de juegos de simulación, es decir el tipo de juegos en el que los niños creen ser un personaje, real o imaginario. Y vaya que estar en entornos naturales les brinda la oportunidad de ser los “ejecutivos” de sus creaciones.

 

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Los niños aman la naturaleza

En varias ocasiones cuando veo a algunos padres, yo incluido, inculcando a sus hijos el cuidado de la naturaleza me doy cuenta que ellos responden muy fácilmente. Es como si ellos en la mayoría de los casos estuvieran conectados y somos los adultos los que hemos perdido o debilitado esa conexión. Aquí lo importante es no presionar demasiado a los niños a que se sientan Mowgli sino brindando oportunidades, aunque sean cortas, pero constantes de conexión con la naturaleza. ¿Recuerdas el clásico experimento del frijolito en el frasco con algodón? Es un buen punto de partida y sencillo.

 

Así que si quieres que tus hijos conserven esa conexión con la naturaleza y la lleven en su corazón lo mejor que puedes hacer es mostrárselos tú. Cuando tú redescubres tu sentido de asombro ante la maravilla de la naturaleza tus hijos también lo harán. No se trata de subirlos a un autobús y mandarlos un día de paseo para que “entren en contacto con la naturaleza”.  Cuando tú te sientes conectado/conectada a la naturaleza de corazón, tus hijos lo percibirán y te seguirán.

 


Los niños hacen lo que nosotros hacemos no lo que les decimos que hagan


 

Nunca es tarde para reconectar con la naturaleza

Si vives rodeado de un entorno natural considérate un ser privilegiado. Millones de personas no tienen esa oportunidad. Sin embargo, hay opciones que pueden ser benéficas para promover esa conexión si no tienes acceso tan sencillo a algún espacio natural: un parque, un árbol fuera de casa, un pedacito de jardín, una maceta con plantas, un pequeño huerto en casa o una ventana para ver las nubes. La naturaleza es omnipresente y eso facilita la conexión.

Y si tú sientes que estás desconectado/desconectada de la naturaleza puedes reconectar en compañía de tus hijos. Pasar tiempo en ella tal vez te demande tiempo y esfuerzo adicional para agendarlo. Sin embargo, ese tiempo tendrá efectos positivos en todos.  Al hacerlo, estarás también sembrando en ellos las semillas que prevengan el desorden por déficit de naturaleza y probablemente junto con muchos otros niños, logren detener la crisis ambiental que vivimos en el planeta.

Te dejo con el tráiler de una excelente película que explora nuestra relación con la naturaleza y que a mí me hizo sentir nuevamente lo conectado que estoy a ella. Espero a ti también.

LOVE THY NATURE from Love Thy Nature on Vimeo.

 

Referencias:

1.-  Lee, J., Tsunetsugu, Y., Takayama, N. et al. (2014). Influence of Forest Therapy on Cardiovascular Relaxation in Young Adults. Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, 2014,  https://doi.org/10.1155/2014/834360

2.- Tyrväinena, L., Ojala, A., Korpela, K., Lanki, T., Tsunetsugud, Y., & Kagawad, T.  (2014). The influence of urban green environments on stress relief measures: A field experiment. Journal of Environmental Psychology, 38, 1-9.

3.- Bratman, G.N., Daily, G.C., Levy, B.J., & Gross, J. (2015). The benefits of nature experience: Improved affect and cognition. Landscape and Urban Planning, 138, 41-50. https://doi.org/10.1016/j.landurbplan.2015.02.005

4.- Bratman, G.N., Hamilton, J.P., Hahn, K.S., Daily, G.C., & Gross, J.  (2015). Nature reduces rumination and subgenual PFC activation. Proceedings of the National Academy of Sciences, 112 (28), 8567-8572. doi: 10.1073/pnas.1510459112

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Edgard Ramirez
Edgard Ramirez
Viajero de nacimiento, coach y psicoterapeuta especializado en hipnosis ericksoniana por elección. Te ofrezco herramientas para reinventarte desde ésta y las neurociencias, pues acelera el cambio y la resolución de problemas de mis clientes.

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