Amor: la sincronía de nuestra neurobiología con los demás

Tiempo de lectura: 4 minutos

 

Ridiculizado a veces, pero deseado por la mayoría, el amor tiene raíces en nuestra neurobiología. Estamos diseñados biológicamente para ser animales amorosos.

Foto de Ashley Williams en Pexels

 


Hace casi 12 años me enamoré, y dos años después me casé a pesar de que yo había dicho que nunca lo haría, que eso era romanticismo de la sociedad para disfrazar un contrato. Hoy 9 años después puedo decir que amo a mi esposa. Pero ¿qué quiere decir que la amo? ¿Lo digo porque creo que es una relación perfecta, incondicional, eterna, ideal y que somos almas gemelas? Tal vez haya un poco de esas creencias aprendidas de la cultura en la que he vivido, sin embargo ahora sé que mucho es por la sincronía armónica de nuestra neurobiología.

 

La cultura del amor idealizado

Y fueron felices para siempre…..
Aunque algunos no quieran admitirlo, muy buena parte de nuestra cultura gira en torno al amor. Publicidad, música, celebraciones, rituales, películas y hasta cómo nos organizamos socialmente está muy influenciado por los ideales que de él tenemos. Y creo que ahí empieza todo, porque existe una visión idealizada del amor. Cuando idealizamos algo lo elevamos a un pedestal altísimo, algo que es difícil de alcanzar, ¡y con justa razón!: Los ideales no son alcanzables, porque son ideales, no realidades.

Por eso es peligroso creer esto acerca del amor pues si nos compramos esta idea, efectivamente nos daremos cuenta de que no existe así como lo pintan.  ¿Entonces es una fantasía colectiva que vivimos en nuestra cultura? Mmm, pues algunos dirán que sí, otros que no, lo cierto es que el amor está inscrito en nuestro cuerpo.

 

Nuestra neurobiología está diseñada para experimentar el amor

Según Barbara Fredrickson, psicóloga líder en investigaciones de emociones positivas a quien admiro por su trabajo, el amor es cuando compartimos momentáneamente una o más emociones positivas con otra persona, cuando existe sincronía de la bioquímica y los comportamientos entre tú y la otra persona y cuando tenemos la intención de invertir mutuamente en el bienestar del otro.


Cuando sabemos esto nos daremos cuenta que hay muchas personas con las que experimentamos esos momentos de amor. Y efectivamente, es momentáneo si seguimos lo que nos dice Fredrickson. Pero entonces ¿Qué hace la diferencia entre amor en las relaciones de pareja, amor entre padres e hijos, amor entre hermanos y amor entre amigos? Además del contexto de cada una de estas relaciones y el tipo de emociones que compartimos, mucho tiene que ver con la intensidad y la frecuencia con la que sincronizamos nuestra neurobiología con aquella de la otra persona.

 

Sincronía en pareja

Es más común experimentar esa sincronía con nuestra pareja porque convivimos mucho más tiempo con ella, compartimos o nos dejamos compartir muchas más emociones positivas con ella.  Con el tiempo se va formando un lazo afectivo más fuerte  pues nuestro cerebro produce constantemente más oxitocina, la que se ha llamado la hormona de la vinculación y la confianza.

 

La base de las relaciones cercanas

Imagen de Edgar181 en WikipediaLa oxitocina nos ayuda a conectar con los demás y con el tiempo a construir la confianza, la base de las relaciones humanas cercanas. Es ella la responsable de que nos la pasemos bien o incluso más seguros con ciertos amigos, conocidos, familiares o incluso con gente que acabamos de conocer, pero que nos inspiran justamente eso: confianza. Y eso es perceptible desde nuestra neurobiología.

 

Además la oxitocina nos ayuda a reducir los niveles de cortisol (la llamada hormona del estrés) en el cuerpo en cuestión de minutos. Y por increíble que pueda parecerles a muchos, la oxitocina también nos hace ser más fieles a nuestra pareja como encontró un estudio.  1

 

 ¿Todo es cuestión de neuroquímicos?

Esto es muy debatible y las futuras investigaciones nos darán mucho más luz al respecto.  Sin embargo, aun cuando nuestra neurobiología está muy ligada a vivir micromomentos de amor, esta responde a muchas cosas que hace que liberemos, por ejemplo, más oxitocina.  O bien para crear una resonancia positiva con el otro. Algunas cosas que podemos hacer para fomentar todo esto:

-Hacer cosas simples y juguetonas ¿porque no?, hasta bobas con nuestra pareja e hijos: Hacer caras chistosas, ponernos a bailar un minuto, etc.

-Dar regalos simbólicos: Un chocolate, un papel expresando lo que nos hace sentir, cosas de lo más sencillas.

-Mostrar aprecio por el otro: Una palmada en el hombro, incluso solo sonreírle al otro desata una cascada de neuroquímicos en nuestro interior y el de la otra persona.


Ya sea con la pareja, hijos, familiares, amigos, colegas o completos desconocidos, nuestra neurobiología está hecha para vivir micromomentos de amor con los demás. Como bien dice el destacado biólogo Humberto Maturana:


Somos animales amorosos

 

Conectar e intercambiar emociones positivas con los demás, crea esa resonancia positivaconstruye esos micromomentos de amorrefuerza los lazos afectivos que construimos con las personas más significativas de nuestra vida. 

Todo esto es lo que hace que mi esposa y yo nos sincronicemos tantas veces uno con el otro. Por eso puedo decir que la amo.

Amar a alguien no quiere decir  jamás discutir ni enojarse con esa persona,  ni vivir un cuento de hadas donde todo es color de rosa. Es normal que existan desacuerdos entre dos personas. Más bien el amor maduro apunta a que a pesar de las diferencias, hay espacio para que las personas sincronicen su neurobiología entre sí.

Lee aquí: La Resiliencia en nuestras relaciones de pareja.

 

Si te interesa mejorar esa sincronización con tu pareja puedo acompañarles. Solo llámame al 442 690 2522, escríbeme a edgard @ neuroresiliencia.com, contáctame por whatsapp (SOLO MENSAJES) al 442 328 5023  o llena el formulario de abajo y a la brevedad me comunicaré contigo.

    Nombre (requerido)

    Correo electrónico (requerido)

    Día preferido para tu sesión

    Horario preferido para tu sesión

    Algún detalle adicional

     

     

    Únete al Canal de Neuroresiliencia en Telegram y recibe mis publicaciones.

     

    Referencias:

    1.- Scheele, D. et al. (2012). Oxytocin Modulates Social Distance between Males and Females. The Journal of Neuroscience, 32(46): 16074-16079; doi: 10.1523/JNEUROSCI.2755-12.2012 http://www.jneurosci.org/content/32/46/16074.full

     

    Edgard Ramirez on EmailEdgard Ramirez on LinkedinEdgard Ramirez on Twitter
    Edgard Ramirez
    Edgard Ramirez
    Viajero de nacimiento, coach y psicoterapeuta especializado en hipnosis ericksoniana por elección. Te ofrezco herramientas para reinventarte desde ésta y las neurociencias, pues acelera el cambio y la resolución de problemas de mis clientes.

    Será un honor acompañarte